Barack Obama y su familia conocen el Cristo Redentor y la samba de Brasil
El presidente estadounidense, Barack Obama, y su esposa Michelle y sus hijas, Shasha y Malia, han visitado el monumento del Cristo Redentor, en el cerro del Corcovado, principal punto turístico de Río de Janeiro. La familia, que centró la atención de los periodistas, subió hasta los pies de la estatua de 38 metros de altura, que por la noche estaba desierta y cubierta por la niebla.
Después de algunos minutos en el lugar, los cuatro bajaron las escaleras cogidos de la mano y regresaron al hotel en el que están alojados, en el barrio de Copacabana. Michelle Obama fue quien más admiró el símbolo por excelencia de Río de Janeiro, según informó un asistente.
Obama tenía previsto visitar el Corcovado en la mañana del lunes, pero debido a la situación que está aconteciendo en Libia con el régimen de Muamar el Gadafi ha tenido que posponer el paseo, pues ha estado varias horas reunido con sus asesores.
Quien no ha perdido tiempo ha sido la primera dama de Estados Unidos, que tuvo tiempo para visitar el taller donde las prestigiosas escuelas de samba de Río de Janeiro prepararan sus desfiles de carnaval, la fiesta más importante del calendario brasileño. La esposa del presidente y sus dos hijas fueron recibidas por Paulo Barros, director creativo de la escuela Unidos da Tijuca, agrupación aclamada por la originalidad y osadía de sus desfiles carnavalescos.
La visita fue a puerta cerrada, pero la prensa pudo saber que la familia del presidente asistió a una presentación especial de Unidos da Tijuca y vio algunas de las espectaculares carrozas que esa escuela presentó a comienzos de este mes en su desfile en el sambódromo, que estuvo dedicado al miedo, el misterio y la aventura en el cine.
Michelle Obama, rodeada por un fuerte dispositivo de seguridad, permaneció en el recinto, llamado la Ciudad de la Samba, cerca de una hora, mientras su esposo pronunciaba un discurso en el Teatro Municipal. La Ciudad de la Samba, inaugurada en 2005, es el enclave donde las principales escuelas de la ciudad confeccionan las carrozas y los disfraces que lucen cada año en el tradicional desfile del carnaval, en el sambódromo de Río de Janeiro.
Todos los miembros de la familia Obama se desplazaron hasta la favela Ciudad de Dios, famosa por la película homónima de Fernando Meirelles que se estrenó en 2002. Allí el mandatario estadounidense, como ya hiciera con Pau Gasol, no pudo evitar jugar un pequeño partido de fútbol con los niños en el Centro de Referencia Juvenil, y le acompañaron sus hijas, que demostraron tener mucha habilidad para el deporte.
La gira por América Latina llevará a la familia Obama el martes a Chile y finalizará el miércoles en El Salvador. No obstante, no es únicamente el presidente quien tiene que cumplir unos compromisos, sino que su esposa también dispone de una agenda propia que incluye actos para fomentar el desarrollo y bienestar de los jóvenes.
Después de algunos minutos en el lugar, los cuatro bajaron las escaleras cogidos de la mano y regresaron al hotel en el que están alojados, en el barrio de Copacabana. Michelle Obama fue quien más admiró el símbolo por excelencia de Río de Janeiro, según informó un asistente.
Obama tenía previsto visitar el Corcovado en la mañana del lunes, pero debido a la situación que está aconteciendo en Libia con el régimen de Muamar el Gadafi ha tenido que posponer el paseo, pues ha estado varias horas reunido con sus asesores.
Quien no ha perdido tiempo ha sido la primera dama de Estados Unidos, que tuvo tiempo para visitar el taller donde las prestigiosas escuelas de samba de Río de Janeiro prepararan sus desfiles de carnaval, la fiesta más importante del calendario brasileño. La esposa del presidente y sus dos hijas fueron recibidas por Paulo Barros, director creativo de la escuela Unidos da Tijuca, agrupación aclamada por la originalidad y osadía de sus desfiles carnavalescos.
Barack Obama juega al fúbol con niños en su visita a Brasil
La visita fue a puerta cerrada, pero la prensa pudo saber que la familia del presidente asistió a una presentación especial de Unidos da Tijuca y vio algunas de las espectaculares carrozas que esa escuela presentó a comienzos de este mes en su desfile en el sambódromo, que estuvo dedicado al miedo, el misterio y la aventura en el cine.
Michelle Obama, rodeada por un fuerte dispositivo de seguridad, permaneció en el recinto, llamado la Ciudad de la Samba, cerca de una hora, mientras su esposo pronunciaba un discurso en el Teatro Municipal. La Ciudad de la Samba, inaugurada en 2005, es el enclave donde las principales escuelas de la ciudad confeccionan las carrozas y los disfraces que lucen cada año en el tradicional desfile del carnaval, en el sambódromo de Río de Janeiro.
Todos los miembros de la familia Obama se desplazaron hasta la favela Ciudad de Dios, famosa por la película homónima de Fernando Meirelles que se estrenó en 2002. Allí el mandatario estadounidense, como ya hiciera con Pau Gasol, no pudo evitar jugar un pequeño partido de fútbol con los niños en el Centro de Referencia Juvenil, y le acompañaron sus hijas, que demostraron tener mucha habilidad para el deporte.
La gira por América Latina llevará a la familia Obama el martes a Chile y finalizará el miércoles en El Salvador. No obstante, no es únicamente el presidente quien tiene que cumplir unos compromisos, sino que su esposa también dispone de una agenda propia que incluye actos para fomentar el desarrollo y bienestar de los jóvenes.
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