8 de marzo: un día para reivindicar la lucha sin descanso de la mujer
"Dedico muchas horas a las tareas domésticas y al final de la semana mi cuerpo se resiente... Lo que peor llevo es que mi familia no parece darse cuenta del esfuerzo que supone mantener una casa, pero alguien tiene que hacerlo, ¿no?", se queja Dori mientras prepara la comida.
Las tardes tampoco le dan tregua a esta madrileña de 45 años y al caer la noche su jornada laboral ha superado a la de cualquier convenio, algo que Dori asume con resignación: "Esto es un trabajo, pero no como cualquier otro porque hace que te sientas poco valorada y no te dan dinero por ello. No me quiero imaginar cuando llegue a los 65, o a los 67, y no tenga ningún derecho a nada... De todas formas, todo lo que hago es por mi familia y eso me vale".
Dori es sólo una de las millones de mujeres en el mundo que hacen que el día 8 de marzo tenga un sentido. Un día para recordar el papel de la mujer y de su dignidad dentro de la sociedad. Un buen día para gritar al mundo la importancia de la actuación de la mujer en todos los ámbitos, para conmemorar su lucha diaria y sin descanso. Un día que sabe a poco cuando se trata de reconocer la participación de las mujeres en la construcción de una familia, en la conquista del mercado de trabajo, y en la lucha por su libertad de pensamiento.
Los orígenes del Día Mundial de la Mujer
La elección del 8 de marzo como Día Mundial de la Mujer tiene su origen en un trágico suceso ocurrido en 1857. Las mujeres que trabajaban en una fábrica textil neoyorquina decidieron parar su actividad en protesta por sus precarias condiciones laborales ya que percibían apenas un tercio del sueldo que recibían los hombres por trabajar las mismas horas.
Era la primera vez que un grupo de mujeres se unía para reivindicar sus derechos, rebelión que fue disuelta de forma violenta, terminando con la muerte de 129 trabajadoras, carbonizadas dentro de la fábrica. En 1910, durante una conferencia internacional de las mujeres en Dinamarca, surgió la idea de crear una fecha específica en homenaje a las operarias fallecidas. En 1975, la ONU decidió decretar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
Un largo camino por recorrer
La lucha de la mujer por vencer la discriminación y el machismo sigue siendo una ardua tarea. Los datos hablan por sí solos. En España, por ejemplo, 55 mujeres murieron en 2009 a manos de sus parejas o ex parejas y en lo que va de año han sido 11 las víctimas de la violencia de género.
Según el área geográfica, su situación no es más halagüeña. En la India aún son moneda de cambio en transacciones familiares. En países de África como Egipto, Sudán, Somalia, Senegal o Gambia, se les sigue practicando la ablación. Afganistán, Botsuana, Irak, Irán, Kenia, Libia, Nigeria, Pakistán, Yemen o Zimbabue, también castigan físicamente a la mujer mediante la amputación de miembros, la flagelación o el marcado a fuego.
En febrero del año pasado la Presidencia española de la UE organizó en Cádiz el Foro Europeo de Mujeres Beijing+15, donde se plantearon algunos objetivos para combatir las nuevas formas de discriminación, especialmente sobre las inmigrantes, las mujeres en precariedad laboral o aquellas que padecen violencia machista. En este encuentro se reconocieron algunos avances desde la IV Conferencia Mundial de la Mujer que acogió China en 1995, cuando se estableció un marco para poner fin a la discriminación de la mujer en sectores como la salud, educación, empleo, participación política y derechos humanos. Aún así, se concluyó que quedan muchos retos pendientes, han surgido algunos nuevos y otros, comprometidos hace más de una década, no se han comenzado a desarrollar. El debate continúa y parece que aún queda un largo camino por recorrer.
En Diariofemenino aprovechamos esta cita para rendir homenaje a los millones de personas que en el mundo y en la historia han contribuido a dar un sitio de igualdad y respeto a la mujer en todos los ámbitos. Felicitamos a todas las mujeres que siguen luchando por sus derechos y les animamos a que sigan creyendo en sus propios valores y en el derecho a la libertad que todos tenemos.
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