Las reuniones secretas de Urdangarin y el Rey
El Rey, el Príncipe y el resto de la familia real -por supuesto, exceptuando a su mujer e hijos- no quieren saber nada de Iñaki Urdangarin. Decir que están 'enfadados' se queda corto. No hace falta explicar las razones, aunque podemos resumirlas: básicamente, se ha cargado la imagen de la monarquía española.
La información que nos llega o pretende llegarnos de la Zarzuela es que el Rey y el Príncipe Felipe han apartado a Urdangarin de cualquier acto o vínculo que tenga que ver con la Casa Real, como si no fuera de la familia; no pueden evitar que el pueblo esté contra él, pero sí tratar de que ello salpique lo menos posible al resto de la realeza. Y para conseguir parecer justos, no queda otra que 'castigarle'.
Pero su imputación en el Caso Nóos no le ha dejado completamente solo: su mujer, la Infanta Cristina, sigue al pie del cañón junto a él a pesar de la que está cayendo, de la que le puede caer, y de tener tanto a su familia como a la ciudadanía en contra.
Sin embargo, quizá ese repudio a Iñaki Urdangarin no sea tanto como nos quieren hacer ver. Según publica la revista Vanitatis, sólo en el mes de julio el marido de la Infanta Cristina ha entrado hasta cinco veces al Palacio de la Zarzuela. Desconocemos los motivos exactos, pero la publicación asegura que en ocasiones ha ido acompañado de su mujer e hijos, y que muy probablemente en dichos encuentros se decidió el modus operandi de instalarse de nuevo en Barcelona.
La estrategia de imagen de los Duques de Palma
Además de reunirse con el Rey en la Zarzuela, los Duques de Palma han contratado varios asesores de imagen. Falta les hace, aunque muy difícil tendrán recuperar el cariño del pueblo o conseguir su perdón.
El lavado imagen ha comenzado por renunciar al prestigioso puesto y elevadísimo sueldo de Urdangarin en Telefónica y volver a Barcelona, pero no en las mismas condiciones que antes. La estrategia se basa en dar una imagen de austeridad, ya que a la gente le hierve la sangre cada vez que salen datos del nivel de vida de los Duques, por lo que también han vendido la lujosa y carísima casa de Pedralbes para vivir ahora de alquiler en un chalet mucho más barato ubicado a las afueras de Barcelona.
Vanitatis también informa de un 'lavado' de coche, aunque por su estado no lo parezca. Y es que ahora se dejan ver por la ciudad condal en un viejo automóvil que la Infanta Cristina conducía hace 20 años. Que se vea que lo están pasando mal...
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