Alberto de Mónaco usará su boda para mejorar la imagen del principado
El soberano monegasco, Alberto II, pretende que su boda con la sudafricana Charlene Wittstock se convierta en una fiesta que "sirva para que se conozca mejor Mónaco más allá de los estereotipos" afirmó Alberto en una entrevista que hoy publica el diario francés "Le Figaro" con motivo de la fiesta nacional de su país.
De conseguirlo, el soberano monegasco aspira a que "el Principado, por fin reconocido por el conjunto de sus especificidades, verá su poder de atracción reforzado", agregó.
Alberto de Mónaco se casará con la ex nadadora sudafricana en julio próximo, en una ceremonia que los novios quieren que "sea un reflejo de su época y de sus personalidades", según Alberto. "Por ello queremos compartir este momento con el conjunto de la población", señaló el soberano, que justificó así que los esponsales se celebren al aire libre en la plaza del Palacio y no dentro de la catedral, como lo celebraron sus padres en abril de 1956.
"Esta boda debe unir el respeto de las tradiciones y de la modernidad, así como la fuerza de las instituciones en la expresión de su simplicidad", afirmó Alberto. El soberano señaló que su prometida tiene "una personalidad muy afirmada" y silenció las dudas acerca de que trabajará a su lado como princesa.
Además de sus actuales compromisos con diversas organizaciones humanitarias, la futura princesa "intensificará su acción en otros temas diversos", señaló. Alberto negó que su país sea "un paraíso fiscal", aseguró que "tres cuartas partes de los ingresos" proceden del impuesto sobre el valor añadido y que, por tanto, están ligados "a la actividad económica" y dijo que "no hay nada misterioso" en sus cuentas.
"Desde mi llegada al poder tomé como orientación fundamental la acentuación de la puesta en conformidad de nuestra reglamentación con las reglas europeas", indicó el soberano, quien recordó que el año pasado Mónaco salió de la lista gris de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De conseguirlo, el soberano monegasco aspira a que "el Principado, por fin reconocido por el conjunto de sus especificidades, verá su poder de atracción reforzado", agregó.
Alberto de Mónaco se casará con la ex nadadora sudafricana en julio próximo, en una ceremonia que los novios quieren que "sea un reflejo de su época y de sus personalidades", según Alberto. "Por ello queremos compartir este momento con el conjunto de la población", señaló el soberano, que justificó así que los esponsales se celebren al aire libre en la plaza del Palacio y no dentro de la catedral, como lo celebraron sus padres en abril de 1956.
"Esta boda debe unir el respeto de las tradiciones y de la modernidad, así como la fuerza de las instituciones en la expresión de su simplicidad", afirmó Alberto. El soberano señaló que su prometida tiene "una personalidad muy afirmada" y silenció las dudas acerca de que trabajará a su lado como princesa.
Alberto niega que Mónaco sea un paraíso fiscal
Además de sus actuales compromisos con diversas organizaciones humanitarias, la futura princesa "intensificará su acción en otros temas diversos", señaló. Alberto negó que su país sea "un paraíso fiscal", aseguró que "tres cuartas partes de los ingresos" proceden del impuesto sobre el valor añadido y que, por tanto, están ligados "a la actividad económica" y dijo que "no hay nada misterioso" en sus cuentas.
"Desde mi llegada al poder tomé como orientación fundamental la acentuación de la puesta en conformidad de nuestra reglamentación con las reglas europeas", indicó el soberano, quien recordó que el año pasado Mónaco salió de la lista gris de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Puedes leer más artículos similares a Alberto de Mónaco usará su boda para mejorar la imagen del principado, en la categoría de Realeza en Diario Femenino.
Publicado:
Actualizado: