Del perro de Obama al burro de la Reina: los animales, el mejor recurso navideño

"Oye, ¿os acordáis de aquella felicitación navideña de la Casa Real hecha con Photoshop?", recuerda Rosa en la hora del cafecito. "Como para no acordarme, ¡fue buenísimo! Ya que se atreven a hacer un montaje, que contraten a un diseñador como Dios manda. Ahí faltaban brazos, piernas... ¡qué desastre!", se echa a reír Mari Pili al recordar aquella famosa imagen compuesta personalmente por la Reina: "¿Con qué nos deleitarán este año? 

"Con un burro", respondo: "Y no me refiero a ningún miembro de la familia" "¿Un burro? Repiten las dos al unísono. "Eso parece. Este año no habrá extremidades mutiladas, casas encantadas -la felicitación con la imagen del Palacio de la Zarzuela nevado, sin luz y sin gente también dio lugar a más de una broma- ni maridos de Infantas borrados. Hagan lo que hagan será comentado: que si la imagen del Rey y la Reina juntos tiene que ser un montaje, que si la Infanta Cristina no debería aparecer por seguir al lado de Urdangarin... Pues hala, un burro con el que la Reina se hizo una foto en una protectora de animales y apañado".

"Puede parecer una tontería -opina Rosa-, pero los animales son las mejor estrategia de marketing y mucho más en Navidades. Por una vez los asesores de imagen de la Casa Real han acertado. Por una parte, así no se vuelven locos pensando qué miembros de la familia incluir y excluir. Y por otra, dan una imagen de solidaridad y ternura que sólo un animalito abandonado puede transmitir. Formidable", concluye Rosa.

El perro de Obama

"Rosa tiene razón, los animalitos nunca fallan. ¿Acaso no habéis visto el vídeo del perro de Obama? Y si alguien sabe de marketing ésa es la Casa Blanca". El Presidente de EEUU tiene una familia perfecta, empezando por una esposa fiel, elegante, preparada y siempre a la altura, unas hijas educadísimas y discretas... y un perro monísimo llamado Bo. Cualquiera de ellos, o todos juntos, podrían protagonizar la felicitación navideña y dejar contentísimos a sus votantes. Sin embargo, ¿por qué no elegir simplemente a Bo, su queridísimo perro de agua portugués? Si algo va mal, siempre le pueden echar la culpa al perro...

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